Un embarazo dura alrededor de 9 meses comprendidos en tres trimestres diferentes.
En la entrada del blog sobre el primero de ellos, te expliqué cómo se cuenta este tiempo, hasta llegar a un total de 40 semanas (recuerda que es un cálculo orientativo). Pues bien, el segundo trimestre del embarazo va desde la semana 14 hasta la semana 27 de gestación.
Como ya hice con el primer trimestre, ¡vamos a ver qué cambios se producen en la mamá, cómo se desarrolla nuestro bebé y la alimentación durante estos tres próximos meses!
Para muchas mujeres, ésta es la mejor época del embarazo. En el segundo trimestre, es cuando el embarazo empieza a ser ya más real. Y, aunque cada embarazo es diferente, este periodo suele ser en el que más se disfruta.
Coincidiendo con el inicio del segundo trimestre, puede comenzar a aparecerte barriguita y, a lo largo de estos tres meses, notarás que tu abdomen comienza a crecer muy rápido y tu aspecto empieza a cambiar y evidenciar que estás embarazada. Durante este segundo trimestre, ¡tu cuerpo ya va cogiendo forma y el embarazo va creciendo, por dentro del cuerpo de la mujer y por fuera! La placenta, que aporta todos los nutrientes y el oxígeno al bebé, está creciendo rápidamente también, para satisfacer sus mayores demandas.
A medida que avanza el segundo trimestre, las hormonas se estabilizan, así que, si tuviste un primer trimestre nada tranquilo y repleto de síntomas como cansancio, náuseas o vómitos, probablemente empezarás a encontrarte mejor y tengas más energía. Si no lo estás haciendo ya, aprovéchala para practicar ejercicio regularmente (si tu médico no te indica lo contrario). Como te conté en la última entrada sobre la primera mitad de mi primer embarazo, a mí el yoga prenatal y la pelota de pilates es lo que me está yendo mejor.
A lo largo de este segundo trimestre, te recomiendo empezar a pensar qué tipo de parto y lactancia querrás, el mejor momento para informarte tranquilamente y resolver dudas es ahora, durante el embarazo.
El feto crece rápidamente también en este periodo. Al inicio de este segundo trimestre, nuestro bebé mide unos 9cm de largo, desde la parte superior de la cabeza hasta la rabadilla, llegando a medir al final de éste unos 37cm de largo y pesar alrededor de 1kg.
La lengua comienza a desarrollar papilas gustativas y, a medida que los músculos del rostro se forman, puede mostrar diferentes expresiones faciales, bostezar o tener hipo. Para contribuir al desarrollo de los pulmones, el bebé inhala y exhala líquido amniótico continuamente, a pesar de que recibe todo el oxígeno que necesita de la mamá, a través de su propio riego sanguíneo. Los sentidos del oído, el gusto y el tacto ya están desarrollados. Puede sentir ruidos distorsionados que provienen del exterior y el latido del corazón de su madre.
La longitud del feto aumenta rápidamente y sus movimientos pueden ser más vigorosos. Los músculos bien desarrollados de las manos pueden agarrar el cordón umbilical (sin riesgo).
¡Esta es una etapa del embarazo preciosa! A partir de las 18 semanas, aproximadamente, siendo normal hasta la 23 para un primer embarazo, puedes empezar a notar los movimientos fetales dentro de ti. Los movimientos del bebé se pueden sentir como ondas leves, semejantes a burbujitas o al aleteo de una mariposa. Además de que es muy emocionante notarlo por primera vez, ¡que el bebé se mueva es un signo de bienestar fetal!
Coincidiendo también con la mitad del embarazo, más o menos, el bebé va practicando la succión y la deglución. ¿Sabías que tu bebé puede degustar algunos de los alimentos que comes? Sus papilas gustativas están bien desarrolladas y puede discernir diferentes sabores a través de la ingesta de líquido amniótico. Algunos estudios demuestran que preferirá estos sabores después del nacimiento, de modo que, al comer de forma saludable ahora, puedes estimular a que tu bebé disfrute de comer bien en el futuro.
A partir de la semana 25, el feto empieza a abrir y cerrar los párpados y el sentido de la vista ya está desarrollado. Comenzará a tener patrón de sueño y vigilia, que no siempre coincide con el de la mamá. Es capaz de responder a estímulos táctiles que provienen del exterior y su cerebro comienza a generar conexiones para crear pensamiento consciente.
En este segundo trimestre, puedes tener más hambre. Como vimos en el trimestre anterior, recuerda que es aconsejable seguir una alimentación saludable y comer en función del apetito. Más que la cantidad, lo que importa ahora es la calidad de las calorías que ingieres.
Los antojos pueden ser frecuentes en esta etapa del embarazo, aunque tampoco todas las mujeres los vamos a tener ni serán del mismo tipo. No está claro por qué se sienten antojos. Puede ser que la intensificación de los sentidos del gusto y del olfato haga que algunos alimentos sean más tentadores o que indiquen que el organismo requiere de un nutriente en particular. Por ejemplo, un antojo de melocotones puede significar que necesitas más beta-carotenos. Sin embargo, independientemente de las razones, si tus antojos son de alimentos saludables puedes saciarlos sin preocuparte.
Si no lo has hecho todavía, revisa en primer lugar lo que vimos en el post sobre la alimentación en el primer trimestre de embarazo. Allí te comenté, a grandes rasgos, en qué grupos de alimentos saludables debe basarse nuestra alimentación durante estos increíbles nueve meses y cuáles son los nutrientes más importantes en cada etapa.
Los nutrientes más importantes en este segundo trimestre son:
- El yodo y el hierro
Dos minerales que ya te expliqué a fondo en el post sobre el primer trimestre, así que te sugiero que les eches un vistazo porque, a diferencia del ácido fólico (que sobre todo nos interesaba al inicio del embarazo), el yodo y el hierro siguen siendo de gran importancia también en este segundo trimestre. En esta otra entrada del blog, como te decía, los vimos en detalle y te expliqué en qué casos es preciso suplementar o no.
- La vitamina D
Lo sorprendente de esta vitamina liposoluble es que la podemos almacenar consiguiéndola de los alimentos y, también, podemos sintetizarla en parte a través del sol. Nuestra piel puede producir vitamina D simplemente exponiéndonos a los rayos ultravioletas, con una exposición controlada al sol de unos 10-15 minutos al día, evitando las horas centrales, sin factor de protección solar, sobre todo en antebrazos y pómulos de la cara. Además, podemos almacenar esta vitamina durante meses en nuestro organismo después de haber estado expuestos a los rayos del sol durante un largo periodo de tiempo, como es el verano.
De todas formas, no debemos olvidar la importancia de incorporarla en nuestro organismo a través de los alimentos, ya que a menudo con la exposición solar no es suficiente y muchas personas presentan niveles de esta vitamina por debajo de lo recomendable. La mayor cantidad de vitamina D la encontramos consumiendo huevos, lácteos enteros (o bien semidesnatados o desnatados enriquecidos) y, sobre todo, pescado azul. Es importante la valoración individual, ya que el déficit de vitamina D durante el embarazo puede provocar parto prematuro y recién nacido con bajo peso al nacer.
- El calcio
El mineral más relacionado con la vitamina D, que hemos visto anteriormente, es el calcio. La falta de calcio durante la gestación se ha relacionado con la aparición de preeclampsia (complicación eventual del embarazo relacionada con hipertensión crónica y retención de líquidos). Pero, en términos generales, el calcio no requiere de más importancia durante la gestación, ya que el embarazo y la lactancia se asocian con cambios en el metabolismo del calcio, por los que se produce un ajuste homeostático para reducir su excreción y aumentar su absorción durante el embarazo en un 40%. Las mujeres españolas toman, en general, bastante calcio como para cumplir con las demandas del embarazo. Además, hay que recordar que un exceso de calcio dificulta la absorción del hierro, con requerimientos mucho más aumentados durante el embarazo.
- La vitamina B12
La vitamina B12 es una vitamina hidrosoluble que forma parte de las vitaminas del grupo B (como el ácido fólico o vitamina B9, que explicamos en el primer trimestre), pero que, en este caso, solo se encuentra en los alimentos de origen animal, como huevo, carne, pescado, marisco y lácteos.
Es una vitamina muy importante, necesaria para el desarrollo temprano del sistema nervioso central del bebé. Por eso, si la futura mamá sigue una dieta vegetariana o vegana requiere de suplementación de vitamina B12, sí o sí. Para estas mujeres vegetarianas, esta suplementación con vitamina B12 es necesaria siempre, estén o no embarazadas.
Para el resto de mamis, es verdad que los requerimientos de esta vitamina son más altos en el embarazo, pero la ingesta habitual de las madres, o sus reservas hepáticas de B12, en general son suficientes. Aún así, su suplementación durante el embarazo está justificada, es una vitamina muy segura y podría reducir aún más las posibilidades de defectos del tubo neural. Por ello, es probable que el comprimido de ácido fólico pautado por el ginecólogo en el embarazo ya contenga una pequeña cantidad de vitamina B12 (alrededor de 2 microgramos).
- Los beta-carotenos
Los beta-carotenos son precursores de la vitamina A, pero a nivel de “seguridad” durante el embarazo nada tienen que ver con dicha vitamina. Si hablamos de vitamina A y gestación nos hallamos frente a una de las vitaminas más delicadas, ya que su papel en el embarazo es incuestionable, pero, a la vez, desgraciadamente puede ser teratogénica (capaz de provocar un defecto congénito). Así que debemos de controlar su exceso, evitando su suplementación y el consumo de alimentos como hígado o patés durante el embarazo. Recuerda que es peligrosa durante estos meses en forma de retinol, en alimentos de origen animal como el hígado; en forma de carotenoides o beta-carotenos en los vegetales no es teratogénica y no presenta efectos adversos.
Los beta-carotenos están presentes en frutas y verduras de colores naranjas, rojos y amarillos intensos, en alimentos como calabaza o zanahoria. Se puede mejorar la disponibilidad del alimento cocinado, por ejemplo, con las verduras cocidas.
Su consumo a través de estos alimentos no presenta ningún riesgo y es una vitamina requerida para la visión, las mucosas y el mantenimiento de estructuras epiteliales. En este periodo del embarazo, es aconsejable una buena dosis para una adecuada regeneración de los tejidos, en especial de la piel y las mucosas, que, junto con una buena hidratación, ayudarán a prevenir la aparición de las estrías conforme el abdomen y el pecho vayan aumentando de tamaño.
Aunque son comunes, piensa que no todas las embarazadas vamos a tener toda la larga lista de síntomas que pueden aparecer durante estos meses. Por regla general, algunos de los síntomas que pueden aparecer entre el cuarto y el sexto mes de embarazo son: acidez de estómago o calambres. ¿Qué se recomienda en estos casos?
Acidez, "ardor de estómago" o pirosis
La acidez estomacal es un efecto secundario desagradable, pero frecuente, del embarazo. Un mayor nivel de progesterona hace que la válvula de la parte superior del estómago se relaje y permita que el ácido estomacal suba hacia el esófago. Este hecho, conjuntamente con la presión del bebé en crecimiento, puede provocar una sensación de ardor en el pecho. En ocasiones, la embarazada presenta una gran sensación de acidez de estómago, que es muy molesta y que impide, a menudo, una correcta alimentación. Puede aparecer hacia la mitad del embarazo y en muchas ocasiones mejora al final, cuando el bebé empieza a encajarse y disminuye la compresión del estómago.
Si lo necesitas, para minimizar la acidez estomacal te recomiendo:
- Hacer las comidas más espaciadas y sin mucha cantidad de alimento, con porciones más pequeñas y evitando el líquido con las comidas.
- Evitar los alimentos más grasientos, picantes y los que pueden irritar la mucosa del estómago, como el zumo de cítricos, tomates, frituras, muy salados o muy ácidos, bebidas con cafeína o con gas y el cacao.
- No tumbarte tras las comidas y no llevar ropa muy ajustada.
- Cenar temprano; de esta forma, le das al organismo tiempo para digerir los alimentos antes de ir a dormir.
- Dormir de lado, del izquierdo a ser posible, o de manera que la cabeza y el pecho estén levemente levantados.
- Masticar muy bien la comida y comer bien recta, para evitar la presión sobre el estómago.
Calambres en las piernas
Otro de los síntomas que se pueden presentar en la gestación son los calambres musculares, muchas mamás sienten calambres en las piernas durante el segundo y tercer trimestre. Esto se debe, probablemente, al cambio de forma del cuerpo que genera presión en los músculos y nervios de las piernas.
La mejor forma de combatirlos es la práctica de actividad física suave, masajes en el área afectada y el estiramiento de los músculos de las pantorrillas. Además, los calambres en las piernas podrían despertarte de noche, prueba a levantar los pies con una almohada para minimizarlos. Algunos científicos creen que los calambres en las piernas también se vinculan con la carencia de ciertos minerales, como calcio o magnesio, la falta de vitaminas del grupo B y con la deshidratación.
En otro post te hablaré de los alimentos a evitar durante el embarazo, que incluyen todos los trimestres de gestación.
¿Qué te ha parecido? Por supuesto, pregúntame lo que necesites en los comentarios, estaré encantada de ayudarte y responder a tus dudas. En la consulta también puedo ayudarte a planificar la mejor alimentación para ti en esta etapa, puedes contactar conmigo directamente en el siguiente formulario o en el apartado de contacto de la web.
Mi primer libro “Alimentación en el embarazo. Consejos y menús para una gestación saludable” ¡ya está a la venta! Dedicado a todos los padres y madres que desean lo mejor para sus hijos desde el inicio de la vida. Por eso lo he escrito con tanta ilusión y cariño, especialmente para ti y tu bebé.