4:20h de la madrugada, llevamos despiertos desde hace más de 2h. He perdido la cuenta de las tomas de lactancia materna que ha hecho la peque en lo que va de noche, de los minutos que ha estado llorando y de todo lo que hemos intentado hacer entremedias. Y hoy doy las gracias porque unas 3h sí que las hemos podido dormir más o menos bien que, a estas alturas y en comparación con muchas otras noches en las que hemos dormido media hora, no me parece poco. Por fin le ha pasado el dolor de barriguita y se ha quedado tranquila, pobrecita, pero yo hoy ya me he desvelado del todo y, aunque realmente esté muerta de sueño, ahora no puedo dormir más. Así que he decidido coger el portátil para empezar a escribir esta nueva entrada del blog.
Así es cómo empecé a escribir este post. Luego, a ratitos durante varios días, lo he ido retomando. Espero que os guste, espero que sea útil. Finalizado el embarazo y después del parto, hoy os quería contar sobre cómo hemos vivido nosotros este primer mes de vida y qué es lo que hay que tener en cuenta cuando el bebé acaba de nacer.
Este primer mes ha sido agotador, sobre todo por culpa de los cólicos. Varias conocidas me han dicho últimamente que “el primer mes es el más duro de todos, después ya le vas cogiendo el truquillo”. Eso espero porque este primer mes ha sido duro. Paula está muy sana, aunque los cólicos, dolores de barriga y reflujo nos están haciendo la puñeta…
Y por eso he querido contaros un poco más sobre ello en este post.
Cuando es tan chiquitito/a, ¿cómo sabré que mi bebé está bien? Quizá te lo estás preguntando. En el primer post que dejé escrito en el blog sobre lactancia materna antes de ser mamá, 10 primeros consejos que debes conocer sobre lactancia materna, te expliqué que, en cuanto a su alimentación, los profesionales de la salud nos basamos en unos conceptos básicos para saberlo, como son el número de pipis y cacas según la edad, el aumento de peso, el color de su piel, el estado general, los patrones de succión y su respuesta a estímulos, etc. Aquí quiero hablarte un poquito más sobre el aumento de peso y sobre el número de pipis y cacas.
Sabemos de la importancia que tiene y del estrés que puede llegar a generar este tema en los mamás y papás. Para empezar, hay que recordar que todos los bebés pierden algo de peso los primeros días de vida, teniendo en cuenta que este peso se acostumbra a tomar nada más nacer.
Se considera normal en partos fisiológicos perder hasta un 7-10% del peso al nacer los primeros 3-5 días y recuperar el peso del nacimiento antes de los quince días de vida, aunque habitualmente se recupera alrededor del octavo día. Los bebés que no aumentan de peso deben de ser evaluados lo antes posible a fin de detectar cuál es la situación que les impide aumentar de peso.
Una vez superados los primeros quince días de vida, tu bebé ya debe haber recuperado el peso del nacimiento y debe ir engordando, al menos, unos 20 gramos al día, idealmente al menos 30. En otra ocasión te hablaré de las gráficas de peso y los percentiles, por ahora quiero que sepas que los bebés no ganan peso de manera lineal, lo hacen a escalones, así que este aumento de peso es una referencia, pero no se cumpliría a rajatabla si lo pesaras a diario.
Aunque el peso es la manera más útil de saber si el bebé crece y la lactancia es efectiva, a falta de ese dato o para complementarlo podemos mirar los pañales del recién nacido. Podemos utilizar las deposiciones para valorar el estado del bebé y la orina para valorar su estado de hidratación, todo ello nos dará pistas importantes acerca de su estado físico. Los bebés con lactancia materna exclusiva deben ir aumentando el número de micciones y deposiciones a medida que van creciendo. Lo puedes ver en la tabla que acompaña este texto, aunque ésta es sólo para bebés alimentados con leche materna exclusiva. Los bebés a los que se les da leche artificial durante su estancia en el hospital pueden modificar su patrón intestinal y realizar menos deposiciones.
Empecemos por los pipis. Los pipis del bebé deben ser de un color amarillo claro, color paja, y la orina del bebé no debería dejar señales oscuras en el pañal, pues esa sería la primera señal de que la orina está concentrada, lo que indicaría que el bebé no recibe un correcto aporte de agua a través de la leche. Si la orina es clara y abundante nos indica una buena hidratación. Los uratos, manchas rosáceas, rojizas o naranjas que aparecen en el pañal, son normales si aparecen los primeros días de vida, y se deben a la concentración de la orina del recién nacido, no son sangre, pero si aparecen a partir del quinto día del parto indican deshidratación.
Las cacas del lactante amamantado son de un color mostaza anaranjado, muy líquidas e idealmente con la presencia de pequeños puntos blancos, similares a un grano de arroz o unas semillas. Las deposiciones líquidas y abundantes no son diarrea, son las deposiciones típicas del lactante amamantado. Para saber si se trata de una descomposición tendríamos que valorar el aumento en la cantidad habitual y no tanto el aspecto.
Si lo repasamos desde el principio, tal y como puedes ver en la tabla, entre el primer y el segundo día de vida se elimina el meconio. Esta sustancia espesa de color negro o verde oscuro (como si fuera “chapapote”) llenaba los intestinos del bebé antes del nacimiento. Una vez que el meconio se elimina, las evacuaciones se vuelven de color verde claro o marrón y pasan a ser de transición. Con las cacas de transición es donde puede haber más diferencia entre bebés, tanto puede ser que el peque no haga caca como que haga mucha. Finalmente, a partir del quinto día de vida, lo ideal sería una deposición de color mostaza después de cada toma, con escaso olor y del volumen de una cuchara sopera. Muchos bebés evacúan poco tiempo después de alimentarse, debido al reflejo gastrocólico, que hace que el sistema digestivo se active cada vez que el estómago se llena de alimento. Empieza siendo un reflejo y, más o menos a partir del mes, entonces deben ir aprendiendo a hacer caca por sí mismos. Los bebés de menos de un mes alimentados con lactancia materna exclusiva deberían realizar deposiciones cada día, en concreto un mínimo de dos, durante el primer mes. Y ya no es el tema de este post, pero, superado el primer mes, puede que tu bebé deje de manchar tantos pañales o incluso deje de hacer caca cada día y esté varios días sin hacer.
En el caso de la leche de fórmula, las deposiciones son de color marrón o amarillo más intenso, más firmes que las de un bebé que toma el pecho y con un patrón distinto al de la tabla con, al menos, una deposición al día.
En primer lugar, ¿sabes que son los cólicos? Porque se habla a menudo de ellos, pero no siempre se conoce bien su significado. El cólico del lactante es un trastorno que sucede alrededor de los tres primeros meses de vida y que consiste en un llanto inconsolable, de predominio nocturno y que puede durar alrededor de tres horas, varios días a la semana. De hecho, el llanto inconsolable de un bebé es una de los motivos de consulta más frecuentes. Sin embargo, el cólico del lactante no es ninguna enfermedad, es una forma de expresar que el bebé necesita algo o tiene alguna molestia. Muchas veces, lo primero que se piensa es que el niño/a tiene gases. Sin embargo, en este cajón de sastre que es el cólico del lactante, hay múltiples causas que pueden hacer que el niño llore sin parar, sin que el motivo sean gases.
Otros posibles motivos de ese llanto o hipervigilia en el bebé pueden ser una hipersensibilidad o sobrecarga sensorial, una transferencia insuficiente de leche por varios motivos, un reflujo gastroesofágico patológico, una causa emocional como miedo o acúmulo de estímulos… Saber detectar el motivo será clave para poder tratarlo en manos de un profesional de la salud adecuado.
La mejor manera de prevenir el cólico es llevar al bebé en brazos la mayor parte del día, no dejarlo nunca llorar sin ser atendido, no tener miedo de “sobrealimentar ni malcriar” al bebé (porque no se hace, salen así “de fábrica”) y armarse de paciencia: más brazos, más teta, más contacto humano con su figura de apego y más calma.
En nuestro caso, la causa empezó siendo la barriga y más tarde vino el reflujo. Así es. Los cólicos, dolores de barriga y reflujo nos están haciendo la puñeta… Estos primeros días de cólicos y dolores de barriga los estamos pasando con mucho amor, mucho contacto piel con piel, mucha paciencia y muchos besos y mimos, a pesar de las horas sin dormir. Nos están funcionando también el porteo, los masajes en la zona, cambiar a la peque de postura, darle probióticos específicos para recién nacidos y acudir a una fisioterapeuta pediátrica. Y, al final, calma, mucha calma y saber que todo pasará. ¡Poquito a poco debe ir madurando su sistema digestivo!
Por cierto, sabemos que solo un 1% de los casos de cólicos podrían ser debidos a una alergia a la proteína de la leche de vaca del bebé, entonces ¿por qué, hoy en día, vemos que a muchas madres de bebés con cólicos se les está retirando de su dieta?
Sobre la lactancia materna:
Aunque la lactancia materna tenga que ser a demanda y darle de comer al bebé cada vez que lo necesite, las primeras semanas sí que hay que asegurar un mínimo entre 8-12 tomas al día y de un pecho por toma para vaciarlo bien.
Aun así, tienes que saber que muchas mujeres experimentan molestias o incomodidad al inicio de la toma hasta los 17 días postparto (notan como un “pellizco” en el pezón al inicio de la toma, pero no es dolor ni es continuamente, es una ligera molestia). Luego ya dolor durante el amamantamiento no tendría que haber.
Hasta que la lactancia materna esté bien establecida, lo ideal es evitar el uso de chupetes y tetinas, como la del biberón. Si es necesario administrarle leche al bebé en otro formato que no sea el pecho de su madre, se pueden usar otras técnicas como el jeringa-dedo, un vasito o una cuchara. Justo después de nacer, pide al personal del hospital que no le den al bebé ni biberones ni chupetes. Además, en bebés de pocos días, el uso de tetinas o chupetes puede interferir con la capacidad de la madre para reconocer las señales de alimentación en su bebé.
Poco a poco, se va aprendiendo a reconocer las necesidades del bebé y cuando tiene hambre. En todo caso, hay que saber que el llanto es un signo tardío de hambre (aunque, lógicamente, puede deberse a muchas otras causas) y que, ante la duda, lo mejor es ofrecerle el pecho. Sobre todo las dos primeras semanas de vida del bebé es importante dar mucha teta, para establecer bien la lactancia y para que los pechos de la mamá regulen la cantidad de leche a producir.
¿Ya? Puede ser que sí. Te hablaré de las crisis de lactancia más adelante, seguro, pero, para que te vaya sonando, las crisis son momentos en los que el bebé presenta una mayor demanda, periodos o momentos en los que abandonar la lactancia es algo que a muchas mamis les pasa por la cabeza. La crisis de los 15-17 días de vida es quizá la más sorprendente porque es la primera, el primer cambio de comportamiento del bebé. En esta primera crisis el bebé necesita mamar mucho, mamar de manera continua para activar la glándula y hacerla trabajar a todo gas. Suele durar dos o tres días y se normaliza cuando el bebé ha conseguido aumentar la producción de leche del pecho materno. Es normal que suceda, así que tranquilidad. Es agotador y parece infinito, pero cuanto más esté al pecho el bebé más rápido vas a aumentar la producción de leche materna.
Otros aspectos importantes que debéis saber:
Después del nacimiento, el bebé presenta un estado de alerta que suele durar unas 2 horas. Por eso, son de vital importancia el parto y las primeras horas de vida y la lactancia materna debería comenzar antes de que finalice la primera hora de vida del bebé. Un parto respetado es el primer paso para una lactancia feliz.
Los bebés amamantados menores de un año deben recibir un suplemento de 400 UI/día de vitamina D, así lo aconseja el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP) (400 UI/día al menos hasta los 12 meses), tras una valoración individual del bebé. Si en el transcurso del primer año acaban tomando leche de fórmula, deben continuar con el suplemento hasta que tomen 1 litro diario de fórmula adaptada enriquecida con vitamina D. Hay varias opciones en el mercado, como las gotas orales de vitamina D3 de Deltius 10.000 UI/ml (2 gotas/día, ¡ojo porque esta misma marca tiene varias concentraciones!) o la vitamina D3 de Kern Pharma 2.000 UI/ml (6 gotas/día).
A nivel personal, este ha sido el mes de las contradicciones. Sin duda, el mejor de nuestras vidas y lleno del amor más grande que se puede sentir. Pero, a la vez, un mes difícil y caótico también, lleno de aprendizajes, miedos e inseguridades, horarios de locura, llantos y sueño, mucho, mucho sueño… Las primeras semanas fue como “pura supervivencia”, en serio. Todo ello sumado, además, al calor de pleno mes de agosto y a la pandemia. Pero bueno, así es la maternidad, bonita y difícil a la vez. Muchas gracias por vuestros mensajes de estos días y por todo vuestro cariño.
En cuanto a mi recuperación postparto se refiere, en cuanto a mi primer mes posparto, la verdad es que la recuperación física está siendo muy rápida y sin apenas dolor. Ahora estoy a sólo 3kg de mi peso inicial cuando me quedé embarazada, mi útero recuperó rápidamente su tamaño y ya no sangro. El cuerpo humano es sorprendente, aunque todo tiene que volver a su sitio después de nueve meses de embarazo. Me noto la piel del abdomen flácida y ahí sigue la línea negra en el abdomen, pero para ir ganando fuerza abdominal no hay prisa y todo a su debido tiempo. ¡Ah, y tengo la sensación que la forma de mi ombligo ha cambiado (¿para siempre?)! Me encuentro bien, física y emocionalmente, con algún punto del parto al que le cuesta cicatrizar, pero bien. Para mí, lo más duro del postparto está siendo lidiar con los cólicos de la peque. Y, como os decía, las primeras semanas sin apenas dormir por culpa de ello, ha sido duro. Parece mentira lo que aguanta el cuerpo humano sin dormir ni descansar, pero si al trabajo físico del parto le sumas unos días más sin dormir, como os digo: “pura supervivencia”. ¡Ahora durmiendo 4-5h diarias ya me parece una maravilla!
Finalmente, también soy consciente de que los tres necesitamos nuestro tiempo de adaptación y esto es lo que nos estamos regalando, tiempo, mucho tiempo juntos. Al final, quieres con locura a tu bebé, pero es alguien a quien no conoces de nada, a pesar de haber recorrido el camino hasta aquí juntos. Necesitamos tiempo para conocernos y aprender a ser una familia de tres. Todo pasará.
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4 Comments
Hola Laia, primero felicitarte por esa bebe tan preciosa! Te he seguido durante mi embarazo q ha coincidido en fechas con el tuyo y me han ayudado mucho tus posts.
Este último además de información muy útil me encanta por el sentimiento y lo real de todo lo q has descrito de la maternidad. Superado el primer mes! Mucho ánimo y estaré pendiente de próximas entradas.
Gracias por aportar!
¡Gracias Olga! Muchas gracias por leerme y por tu comentario. Me alegra un montón haberte ayudado con mis posts durante tu embarazo 🙂 Pues sí, compartimos muchas cosas, bienvenida a la maternidad y espero que tu y tu bebé estéis bien. ¡Un súper abrazo!
Muchas gracias por la información y por el cariño que le pones al explicarlo. Yo ya pasé por eso,mi bebe tiene 12 meses pero me encanta seguir leyendo sobre ello y no dejar de aprender, eso me ayuda a entender a mi bebe.
¡Me alegro mucho Mónica! Espero bien pronto escribir también sobre alimentación infantil y familiar. Besos!!