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22 agosto 2022Seguro que estás de acuerdo conmigo en que todas las familias queremos que nuestros hijos/as coman de forma saludable y gocen de salud no solo cuando son bebés, sino también cuando tengan 2, 20 o 50 años, ¿verdad? ¿Cómo hacer para conseguirlo?
En vídeos anteriores y entradas al blog de mi página web anteriores te he explicado los primeros consejos que debes conocer sobre embarazo, sobre lactancia materna y sobre “Baby-Led Weaning” y alimentación complementaria. Pero, ¿y qué pasa cuando nuestro bebé ya tiene más de 1 año de vida? Te expliqué que la alimentación complementaria es ese periodo en la vida de un bebé que va desde los 6 hasta los 12 meses. ¿Y qué ocurre cuando cumplimos la primera vuelta al sol? Lo veremos aquí. En esta ocasión voy a explicarte los conceptos básicos sobre alimentación infantil y familiar en general. ¿Qué es lo primero que debes saber? Espero poderte aclarar algún primer concepto básico en este post y vídeo que lo acompaña. ¡Y nos vemos cuando quieras en consulta o en algún taller para podértelo explicar todo en detalle!
El periodo de la alimentación complementaria es fascinante, pero la educación nutricional de nuestros peques coge fuerza a partir del año de vida.
Así que hoy vamos a hablar de alimentación infantil y familiar. ¿Te apuntas?

Te he preparado una lista a modo de decálogo con los primeros consejos que debes conocer, ¡así que vamos a ello!
- 1. Dar ejemplo como padres (en todo, también en nuestra alimentación). Creo que este es el primer punto y el más importante. Los adultos debemos dar ejemplo a los más peques. Esto es fundamental, también en la mesa, a la hora de comer y en todo lo relacionado con el ámbito de la alimentación. El binomio más eficaz para que coman saludablemente nuestros hijos es dar ejemplo y tener alimentos sanos en casa (de la misma forma que no tener a su alcance en casa alimentos insanos). A grandes rasgos, esto sería lo más importante, pero vamos a ver otros aspectos, que también son fundamentales, en más detalle.
- 2. División de responsabilidades a la hora de comer. Las nuestras, las de los padres, son escoger qué alimentos tenemos y comemos en casa para potenciar hábitos de alimentación saludable, tener en cuenta la edad y el apetito que manifieste nuestro peque a la hora de calcular las raciones que le servimos en la mesa y, por supuesto, promover un ambiente distendido y comunicativo a la hora de comer. De esta manera empezamos a generar buenos hábitos en la mesa desde muy pequeños. Las responsabilidades de ellos, nuestros bebés, son participar de forma activa y en la medida de lo posible en la elección de los alimentos que formarán parte de las comidas, comer la ración proporcional a su sensación de hambre-saciedad y, como nosotros, contribuir en el buen ambiente de la mesa con una actitud relajada y participativa.
El binomio más eficaz para que coman saludablemente nuestros hijos es dar ejemplo y tener alimentos sanos en casa
- 3. Comer siempre en familia, lo mismo, juntos y sin distracciones, sin distracciones ni pantallas de por medio, por supuesto. Además, ”la hora de comer debe ser un momento de aprendizaje y amor: un momento para hablar con los niños/as y tener contacto visual con ellos”. Estas son las recomendaciones de la Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y del Niño Pequeño, elaborada conjuntamente por la OMS y el UNICEF. Un mensaje sencillo, pero a la vez lleno de fuerza, que nos recuerda la importancia de la alimentación perceptiva con los más pequeños de casa: comunicación, paciencia y respeto siempre, también a la hora de comer todos juntos.
- 4. No insistir y no obligar a comer. Es fundamental para la educación nutricional de nuestros hijos. Recuerda que nuestra responsabilidad como padres será la de ofrecer alimentos saludables. Sin embargo, la cantidad a comer la decidirá siempre el niño en función de su apetito. Esto es básico para prevenir la obesidad infantil. Es decir, la mejor manera de proporcionar la cantidad de alimento que necesitan nuestros hijos es respetando su sensación de hambre. Presionarlos para que coman o para que se acaben el plato no será nunca una buena opción. Así pues, son realmente pocas las situaciones en las que el niño realmente no come y queda comprometida la salud (caso en el que hace falta la supervisión profesional sanitaria, por supuesto).
- 5. No negarle alimentos insanos. ¿Has escuchado alguna vez que “prohibir es despertar el deseo”? Es una frase que debemos tener muy en cuenta en el ámbito de la alimentación infantil. Es importantísimo no prohibir. Del mismo modo que forzar a los niños a comer no es nada recomendable; restringir el acceso a determinados alimentos tampoco lo es, ya que, por un lado, podría facilitar la sobrealimentación y generar posibles aversiones alimentarias y, por otra parte, generar un interés excesivo en alimentos “prohibidos”. ¿Y qué hacemos, pues, con los alimentos poco saludables? Lo mejor es "no ofrecer y no negar": es decir, no tenerlos en casa y no comértelos tú delante de tus hijos, pero tampoco negárselos si un día nos los piden o están a su alcance en otro entorno. Los alimentos superfluos, cuanto más tarde y en menos cantidad mejor. Recuerda, la clave está en predicar con el ejemplo en el día a día.

- 6. Alimentación saludable: “el método del plato”. A partir del año, los bebés ya pueden “comer de todo”. Pero el concepto “comer de todo” o “comer muy variado” a menudo no se entiende bien. Sólo hace falta que nos paseemos por un gran supermercado para darnos cuenta de la enorme variedad de alimentos que podemos comprar, muchos de ellos demasiado ricos en azúcares, grasas o sal. En tus manos está que en casa abunden alimentos frescos y saludables. Para favorecer la transmisión de hábitos saludables y promocionar una buena educación nutricional en el hogar, tenemos que compartir comidas saludables en familia. Una fantástica herramienta de educación nutricional es el método del plato, el cual nos recuerda los tres grupos de alimentos que deben estar presentes en nuestras comidas principales: verduras, cereales y proteína. También incluye una pieza de fruta de postre, un vaso de agua y aceites saludables como el aceite de oliva.
- 7. No utilizar alimentos como premio o castigo. Algunas tendencias habituales de los progenitores de forzar a los niños a comer no son recomendables. Premiar, castigar o chantajear a los pequeños de casa con la comida no es una buena opción, ya que no ayudará a fortalecer unos buenos hábitos alimentarios, al contrario, por lo que debemos evitarlo sin más.
- 8. Fíjate más en la calidad que en la cantidad. Hay que tener presente que no todos los niños comen la misma cantidad de alimentos y, por lo tanto, no es bueno compararlos entre ellos. Cada niño/a tiene unas necesidades diferentes que, además, varían a lo largo del tiempo. Por ejemplo, muchos niños, sobre los 12 meses, comen la misma cantidad o menos que cuando tenían 9 meses, dado que el crecimiento durante el segundo año de vida es menor que en el primer año, periodo en el que los bebés crecen más rápidamente que en ninguna otra etapa de su vida. Además, su apetito es errático e impredecible: a partir del año de vida el peque ahora puede mostrar rechazo hacia nuevos alimentos (incluso hacia algunos de los que hasta ahora disfrutaba) o volverse más selectivo en las comidas como un sibarita. Es una fase compleja, pero completamente normal. Así que será importante comprender las distintas etapas que podríamos atravesar en los próximos años, con sus particularidades y desafíos.
- 9. Hacerles partícipes. En la medida de lo posible, según su edad y nuestras rutinas familiares, siempre será muy positivo hacerles partícipes a la hora de ir al mercado a hacer la compra o de preparar alguna receta juntos el fin de semana, por ejemplo. Desde muy, muy pequeños les podemos hacer partícipes y dejarlos manipular y experimentar con los alimentos ayudará a su empoderamiento en relación a la comida. Tenéis una categoría en el blog titulada “RECETAS CON NIÑOS” para que tengáis algunas ideas para cocinar en familia.
- 10. La clave está en educar en positivo. Ten en cuenta que los hábitos y preferencias alimentarias se aprenden y se consolidan durante los primeros años de vida. Debemos tener una actitud respetuosa en este proceso de aprendizaje y comprender que, aunque nunca es tarde para aprender a comer mejor, la primera infancia es un periodo de oro para la educación nutricional de nuestra familia.

En resumen, te aconsejo…
- Planificar un menú familiar basado en alimentos saludables.
- Hacer las mismas preparaciones culinarias para toda la familia, con pequeñas adaptaciones si es necesario.
- Proporcionar un ambiente tranquilo y relajado a la hora de comer.
- Mientras comemos, es importante no distraernos con pantallas como la televisión o el móvil. Debemos centrarnos en el acto de comer y supervisar nuestros hijos mientras comen, sobre todo cuando todavía son muy pequeños.
- También hay que permitir al niño/a que coma sin ayuda y a su propio ritmo.
- Sentar a los peques a comer con el resto de la familia.
- Y, como adultos, lógicamente, dar ejemplo y tener alimentos saludables en el hogar. Los niños/as son excelentes imitadores, démosles alimentos y opciones saludables para imitar.
El ejemplo es la mejor herramienta que tenemos para educar nutricionalmente a nuestros peques
La única “fórmula mágica” que tenemos para que nuestros hijos/as coman de forma saludable es tener alimentos sanos a su alcance (o, lo que es lo mismo, no tener en casa alimentos que no lo sean, la compra la hacemos nosotros) y dar ejemplo como padres. Si nosotros, sus adultos de referencia, no nos alimentamos de forma adecuada, no lo harán nuestros peques tampoco. Así que analízate a ti, piensa qué podrías hacer mejor en tu alimentación, para que ellos se eduquen de la forma correcta. El ejemplo es la mejor herramienta que tenemos para educar nutricionalmente a nuestros peques.
¿Te ha parecido interesante? A continuación te dejo los enlaces con toda la información de los talleres que creo que te pueden interesar en esta etapa de la vida. ¡Me queda mucho por seguir explicándote!